La pintura centrífuga con un escurridor de verduras es una actividad artística apasionante que entusiasma a niños y mayores. Además de eliminar el aburrimiento al instante, permite trabajar la mezcla de colores, la viscosidad y la fuerza centrífuga. Y por si fuera poco, los resultados son tan espectaculares que tendrás que enmarcarlos.
Materiales:
- Escurridor de verduras centrífugo.
- Pintura líquida, como por ejemplo, témpera.
- Papel de dibujo o cartulina.
- Tijeras.
- Algo para dispensar la pintura: cuchara, cuentagotas o botella para salsas.
- La mesa de trabajo se manchará, así que, hay que acordarse de cubrirla bien y de tener rollo de cocina a mano para limpiar pequeños accidentes.
Procedimiento:
- Corta círculos de papel utilizando la cesta del escurridor como plantilla. Asegúrate de que el diámetro de los círculos es ligeramente mayor que el de la base de la cesta del escurridor. Así el papel quedará encajado y no se moverá al centrifugar.
- Coloca el círculo en la cesta , echa pintura a tu gusto, tapa y centrifuga. Nosotros utilizamos botellas de salsa rellenas de témpera, que rebajamos con agua para disminuir su viscosidad.
- Destapa y admira el resultado. Los niños observarán que la pintura se ha desplazado hacia fuera del círculo gracias a la fuerza centrífuga. Los colores se han mezclado. También notarán que si la pintura es muy viscosa hay que girar más deprisa el escurridor.
Los padres tienen la responsabilidad de elegir las actividades que según su criterio son seguras para sus hijos. Todas las actividades propuestas en Educaconbigbang deben estar siempre supervisadas por un adulto.
¡Uaaaa! ¡Qué divertido parece y qué chulo el resultado!
Si Carme lo niños disfrutan muchísimo.La única forma de que mis hijos se despeguen del escurridor es que se acabe la pintura.