Con las lluvias abundantes del otoño llega la temporada de setas. Aprovechando la ocasión hemos recolectado algunas muestras para hacer sellos de esporas e introducirnos en el apasionante mundo de la micología.
En este experimento vamos a manipular setas. Aunque algunas de ellas podrían ser venenosas, mientras no se ingieran, no existe riesgo de intoxicación, pues no hay constancia de que el veneno se absorba por la piel.
Materiales:
- Al menos una seta.
- Un cuchillo y una cesta para poner las setas. Nosotros no usamos cesta, recolectamos solo 3 y las trajimos a casa en la mano.
- Un folio o cartulina de color claro.
- Un vaso o un recipiente lo bastante ancho como para cubrir el sombrero de la seta. Lo mejor es que sea transparente para poder observar lo que va ocurriendo.
Procedimiento:
- Recolecta algunas setas cortando con el cuchillo. No las arranques de la tierra y coge solo las necesarias para el experimento.
- Tanspórtalas en una cesta o en la mano, nunca en bolsa de plástico.
- Corta el pie de la seta hasta que quede aproximadamente medio centímetro.
- Sitúa la seta sobre la cartulina apoyada sobre el pie.
- Cubre con un vaso o cualquier otro recipiente de tamaño apropiado.
- Deja que repose sin moverse durante al menos 12 horas.
- Con mucho cuidado, levanta el vaso y la seta. Si no ves las esporas podría ser que no se aprecian porque son del mismo color que el papel. En ese caso prueba con un papel más oscuro.
SOBRE LOS HONGOS
La micología es la ciencia que estudia los hongos. Los hongos son organismos eucariotas, es decir, sus células son grandes y avanzadas, como las de las plantas y animales. Junto con las bacterias, los hongos desempeñan un papel esencial en los ecosistemas: descomponen la materia orgánica y la convierten en nutrientes para las plantas.
Aparte de ser importantísimos para la conservación del planeta, algunos nos resultan muy útiles porque de ellos se obtienen los antibióticos (la penicilina), se usan en la elaboración de alimentos (pan, vino, cerveza, queso azul) y pueden ser comestibles (champiñones, trufas, níscalos). Pero por otro lado, también causan enfermedades que afectan a animales, cultivos, y seres humanos (micosis).
Los hongos viven en todos los lugares de la Tierra, en el agua, el suelo, animales y plantas. Los hay unicelulares, como las levaduras, pero casi todos son pluricelulares con sus células dispuestas fomando unos filamentos llamados hifas. El conjunto de hifas constituye el micelio del hongo.
Generalmente los hongos se reproducen por esporas, que son células capaces de producir nuevas hifas y, de este modo, perpetuar la especie. En algunos hongos, las esporas se originan en un cuerpo fructífero que se desarrolla desde el micelio. Esos cuerpos fructíferos se llaman carpóforos o esporocarpos y son lo que conocemos vulgarmente como setas.
Las setas que crecen en el suelo del bosque son los frutos de los hongos que viven enterrados. Su misión es producir esporas y dispersarlas. Una vez liberadas, las esporas pueden ser diseminadas por el viento, el agua y los animales, de modo que si llegan a un lugar en el que se dan condiciones favorables de humedad, temperatura, características del suelo, luz, etc. darán lugar a nuevas hifas.
Las esporas son pequeñísimas pero si conseguimos juntar muchas, sí que seremos capaces de verlas. Nosotros lo hemos conseguido haciendo un sello de esporas.
Cuando se recolectan setas nunca deben transportarse en bolsas de plástico, sino en cestas que permitan la dispersión de las esporas. Tampoco hay que olvidar llevar un cuchillo para cortar la seta por el pie. Arrancarla dañaría el micelio (el hongo que yace enterrado bajo la seta), quizás de forma irreversible.
Los padres tienen la responsabilidad de elegir las actividades que según su criterio son seguras para sus hijos.Todas las actividades propuestas en Educaconbigbang deben estar siempre supervisadas por un adulto.