Durante el invierno pasado aparecieron cerca de 30 cachalotes varados en el litoral del norte de Europa. Aunque la causa de sus muertes se atribuyó a un paro cardíaco motivado por permanecer en aguas poco profundas, los investigadores encontraron grandes cantidades de plásticos en sus estómagos e intestinos.
Lo grave es que este no es un hecho aislado. Sin ir más lejos, recuerdo que en el 2012, esta vez en España, concretamente en la costa mediterránea, se encontró también el cuerpo de un cachalote. En este caso el animal falleció por inanición, obstrucción intestinal y desgarro estomacal, provocado por los casi 20Kg de residuos plásticos alojados en su sistema digestivo.
La cruda realidad es que nuestros océanos están cada vez más contaminados con desechos plásticos, lo que constituye una gravísima amenaza tanto para su flora como para su fauna. A la destrucción de los hábitats se suma el hecho de que los animales marinos confunden los plásticos con alimentos y los ingieren. Al no poder digerirlos, se acumulan en sus estómagos e intestinos.
Sin considerar la toxicidad de los componentes químicos de los plásticos (otro enorme problema), la primera consecuencia es que por tener sus estómagos ya llenos, los animales no pueden alimentarse y mueren de inanición. Además, a su paso por el aparato digestivo, los residuos pueden producir heridas internas tan serias como para provocarles la muerte.
Los peligros de los plásticos en el mar no acaban ahí. Podemos seguir hablando, por ejemplo, de animales atrapados en restos de redes, aprisionados en las anillas con las que se envasan las latas de bebidas, enganchados en bolsas…
Para que los niños tomen conciencia, hemos hecho una medusa bastante realista utilizando una bolsa de plástico. Se trata de una manualidad clásica pero con un mensaje: la medusa parece auténtica. Si a nosotros nos lo parece, a los animales marinos les ocurrirá lo mismo.
Materiales:
- Una botella grande de plástico transparente.
- Tijeras.
- Un trozo de hilo.
- Una bolsa de plástico (pequeña) translúcida o transparente.
- Colorante azul. Puede ser del tipo alimentario o simplemente procedente de rotuladores (plumones) escolares.
Procedimiento:
- Haz la cabeza de la medusa anudando con hilo la base de la bolsa. No aprietes demasiado, la idea es que el agua de la botella pueda entrar dentro de la cabeza.
- Para recrear los tentánculos realiza cortes longitudinales.
- Recorta hasta obtener el tamaño deseado.
- Llena la botella de agua, añade colorante, introduce la medusa y enrosca el tapón.
- Pon la botella boca abajo para ver cómo nada la medusa.
Desde mediados del siglo pasado la producción y consumo de plástico no ha parado de crecer. Se trata de un material muy barato, ligero y extremadamente versátil. Lo usamos para todo: envasado de alimentos y otros productos, juguetes, carcasas de aparatos eléctricos y electrónicos, ropa, calzado, material deportivo, productos médicos desechables, decoración, construcción, automoción, agricultura…, la lista es larguísima.
Muchos de estos productos están diseñados para utilizarse solo una vez, por ejemplo envases de yogur, vasos desechables o botellas de refresco. Sin embargo, el plástico al no ser biodegradable permanecerá durante ¿cientos de años?, ¿miles?, ¿para siempre? Todavía es pronto para saberlo. Además, la alternativa del reciclado es prácticamente inviable debido a la gran variedad de plásticos que existen.
Solo una parte ínfima de los plásticos producidos en los útimos 75 años se ha reutilizado para transformarse en nuevos objetos. Otra pequeña parte se ha incinerado para obtener energía y de paso contaminar el aire con químicos tóxicos. El resto, la gran mayoría, se encuentran en algún lugar del planeta. Unos yacen en vertederos y otros (muchísimos) se hayan en el medioambiente, tanto en la tierra como en el mar.
Aquí puedes ver un nido de ave hecho con restos de plástico.
Una vez en el medioambiente los plásticos se van fragmentando en pequeños trocitos, sobre todo debido a la acción del sol. Muchos de ellos sirven de alimento a animales pequeños. Los animales más grandes se comen a los pequeños, y así el plástico entra en la cadena alimenticia y alcanza al hombre. De hecho, en la sangre de la mayoría de nosotros se encuentran concentraciones de bisfenol A, un aditivo que se utiliza en la fabricación de plásticos. Este producto químico se ha relacionado con diversas anomalías y enfermedades graves. Así que, el impacto del problema va más allá del sufrimiento causado a las especies marinas.
¿Cómo llegan los plásticos al mar?
Lo hacen principalmente a través de los ríos, arrastrados por el viento, arrojados desde barcos o plataformas petrolíferas y olvidados en las playas por los bañistas. Ya en el mar las corrientes se encargan de distribuirlos y hacerlos llegar hasta los lugares más remotos.
¿Y qué podemos hacer?
Lo primero sería evitar que los plásticos llegaran al medioambiente, desprendiéndonos de ellos de forma adecuada. Pero, lamentablemente, esto queda muy lejos de ser la solución del problema porque seguiríamos teniendo millones de toneladas de estos productos almacenados en vertederos o contaminando el aire mientras se incineran en centrales térmicas.
Por otro lado, evitar su uso es prácticamente imposible. Lo que sí se puede hacer es sensibilizar a la población para conseguir que cambien nuestros hábitos de consumo. Me refiero especialmente a los artículos que únicamente se van a usar una vez, a los de usar y tirar. Estos productos se pueden sustituir por otros menos dañinos. Por ejemplo, vas a comprar fruta y por cada 6 manzanas te traes a casa una bandeja y un trozo de film, ambos de plástico. Una verdadera locura, y lo peor es que muchas veces el consumidor no tiene otra opción.
Hace tan solo unas semanas un supermercado californiano puso a la venta naranjas previamente peladas en recipientes de plástico individuales. La foto del producto y los mensajes de repulsa se difundieron rápidamente por las redes sociales. La presión fue tal que el supermercado se vio obligado a retirarlas y pedir disculpas. Lo positivo de este hecho es que estamos empezando a concienciarnos y que nuestro rechazo a este tipo de despilfarro está cada vez más cerca de frenar esta estupidez.
Otra amenaza para el mar: la acidificación del agua.
Los padres tienen la responsabilidad de elegir las actividades que según su criterio son seguras para sus hijos. Todas las actividades propuestas en Educaconbigbang deben estar siempre supervisadas por un adulto.
buenos experimentos
Muchísimas gracias Marisol. Seguiremos en ello, nos encanta.Un abrazo.